miércoles, 1 de agosto de 2012

Leónidas



Si has vista la película seguramente conozcas algo de la historia. 

Era una vez el todopoderoso rey persa, Jerjes, que consideró que Grecia debía ser de su propiedad. Su difunto papá ya había intentado su conquista, pero fue derrotado en la batalla de Maratón. Así que envió unos emisarios a las ciudades griegas para que se le sometieran gratuitamente.

Los espartanos se enfadaron tanto con el emisario (el pobre sólo cumplía órdenes) que lo tiraron a un pozo (según la película, de una patada gritando: "¡Esto es Espartaaa!"). Esta y otras muestras de desdén hicieron que Jerjes se cabreara de verdad y marchó sobre Grecia con un ejército de posiblemente cerca de un millón de hombres y una gigantesca flota. ¡Se van a enterar de quien soy yo!

Entonces el rey espartano, el valiente Leónidas, decidió que había que reunir un ejército y marchar a defender Grecia. Fácil, ¿verdad? Peeeeero había un problema. Resulta que juuusto en esos días se celebraba una fiesta llamada la Carneia. Y la ley decía que está prohibidísimo ir a la guerra durante esas fechas. Ya puede estar ardiendo Grecia, que si es fiesta hay que quedarse en casa.

Así que, como el rey no podía llevarse el ejército, decidió que iría el solo... con su guardia personal de 300 espartanos de élite, claro. Y marchó al estrecho de las termópilas, un estrecho paso de pocos metros de ancho por donde tenían que pasar los persas si o si. Al menos durante el camino se le unieron más hombres de otras ciudades hasta llegar a ser 7.000.

Ahí resistieron durante 6 días, combatiendo en 3 de ellos. Dicen que acabaron con 20.000 enemigos.

Jerjes ya estaba hasta las pelotas, porque no le dejaban pasar. Entonces un lugareño (no un ser deforme con sueños frustrados, eso solo en la película) enseñó a los persas un camino oculto para pillar a los griegos por la retaguardia. A Jerjes le brillaron los ojos y pensó "Malditos, ahora si que os voy a dar bien por detrás".

Entonces Leónidas, sabiendo que todo estaba perdido, decidió que él se quedaría con sus espartanos mientras los demás se retiraban a sus ciudades.

Y ahí fue, rodeado por todos lados y luchando hasta el fin, donde el rey y sus hombres cayeron valientemente. Un año después los griegos unidos expulsarían definitivamente al enemigo.

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